El pasado sábado se llevó a cabo una edición más del Clásico Capitalino donde el Club América consiguió una victoria de 2-0 sobre Pumas. Sin embargo, hubo mucha polémica alrededor del arbitraje de Fernando Hernández y es que en el primer tiempo se cometieron dos fuertes faltas sobre Álvaro Fidalgo y Alan Cervantes que no fueron consideradas para expulsión de Adalberto Carrasquilla e Ignacio Pussetto.
Tomando esto en cuenta, el partido siguió y terminó después con tres expulsiones en contra de Pumas, la primera de Piero Quispe por una entrada sobre Erick Sánchez y las otras dos por reclamar esa tarjeta roja a Matías y a Gustavo Lema. El problema es que al revelarse los audios del VAR y el análisis de la Comisión de Arbitraje que dan a conocer al término de la jornada, se determinó algo que nadie podía creer.
¿Qué pasó con la expulsión?
Y es que de acuerdo con este organismo rector, la expulsión que se le dio a Piero no era y aún así se marcó, el problema viene porque ni siquiera el Curro fue llamado por el VAR para que se hiciera un análisis de la jugada y aun así el futbolista dejara con 10 jugadores a su equipo, por lo que este resultado pudo ser circunstancial para el marcador del partido y desde luego para evitar otras tarjetas rojas.
“El jugador número 27 de UNAM intenta disputar el balón sin lograr su objetivo, golpeando parcialmente con la punta del calzado en la pantorrilla del adversario, con una intensidad media. Los árbitros de cancha no logran observar con claridad los detalles de la acción y consideran dicha infracción como una patada con fuerza excesiva y deciden expulsar al jugador”, se escucha en los audios.
Con esto lo más probable es que se hable de nueva cuenta de que el arbitraje ayuda al América, como ya se ha hecho en otras ocasiones, pero también se daría un castigo al silbante por lo que no estaría en algunos partidos, dependiendo la decisión que se tome, aunque de ser así, el tema del videoarbitraje también tendría que ser señalado porque en ningún momento se les llamó para hacer revisión.
“Falta temeraria es la acción en la que un jugador realiza una acción que entraña daño físico, no necesariamente grave, sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario, por lo que deberá ser amonestado”, concluye.